Esta gran aventura inició en el 2014 cuando empecé a diseñar prendas para mí misma, sabiendo que así descubriría qué era lo que faltaba en el mercado y qué quería la gente en sus armarios.

Comencé a buscar un nombre atractivo, memorable y fácil de pronunciar. Hice una lista de nombres relacionados con el proceso de confección de prendas y finalmente elegí LaBlú. Decidí destacar con detalles diferenciadores en cada prenda, buscando crear piezas atemporales y versátiles, lo cual ha sido una característica distintiva de mi marca desde el principio.

LaBlú se convirtió en mi mayor expresión. A medida que la marca crecía, también lo hacía mi confianza y seguridad en mí misma. Afronté mis miedos y me arriesgué a sacar colecciones, abrir tiendas e incluso mudarme a México, dejando todo en Colombia.

Hoy miro hacia atrás con gratitud por el viaje increíble que he vivido. He aprendido mucho, he conocido a personas maravillosas y he tenido la oportunidad de vivir la vida que siempre soñé, aunque sé que trabajar en mi proyecto significa dedicación constante. Seguiré adelante con amor y pasión por lo que hago.